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jueves, 12 de septiembre de 2013

UN CUENTO PARA LEER EN EL RECREO



LA NOCHE

Era de noche y miraba aquel cuerpo, tirado en el suelo, bañado en sangre, todo lastimado y con dos hombres robándole sus pertenencias, y (tuve que elegir) y grité:
 -¡Váyanse que viene la policía! pero no me hicieron caso y siguieron robándole, aunque de pronto, los sujetos se fueron.

   Sonaban a lo lejos las sirenas de la policía.  Me acerqué al cuerpo, lo miré, tenía unos orificios de bala, uno en el pecho, otro en el pie y el último finalmente en la cabeza que fue el que lo mató.

No pasó mucho, al poco tiempo me di cuenta de que el hombre que había sido asaltado y estaba muerto era yo.

La realidad me dejó congelado.  No podía creer que ese hombre tirado en el suelo todo ensangrentado era yo.

Me pregunté:- ¿Por qué no recuerdo nada? ¿Cómo llegué hasta acá?


Lo que sé es que desde ese momento, no soy más que un fantasma hablando de su propia muerte.

Gastón Meierstein 
6º 4ª

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